viernes, 2 de diciembre de 2016

Hay tantas cosas que puedes perder, por el simple hecho de no valorarlas que en este preciso instante la más ridícula y molesta nimiedad... Si, esa que acabas de mandar a la basura, porque acabas de incluirlo en la lista de cosas que no merece la pena seguir usando.Si, esa que tarde o temprano vas a querer recuperar porque el resto de cosas que si estaban en la lista de objetos útiles; no te llenan, no son capaces de cumplir la función que estaba llevando acabo en profundo silencio la nimiedad que perdiste, mejor dicho, que dejaste escapar. Y es ahí cuando te das cuenta de lo que tenias, cuando ya lo has perdido, mejor dicho, cuando lo has tirado a la basura y el tiempo con su ausencia se ha encargado de tatuarte su valor en la frente.Ese valor, único e insustituible. Puede que tengas suerte y baste con tragarte tu orgullo y mirar en la papelera de tu habitación o en el cubo de basura al pie de tu casa y rezar para que lo que tiraste aún siga ahí, esperándote.Pero si le has causado tanto daño, que ni tan siquiera siente a los buitres del basurero intentando aprovecharse de lo poco que queda de él.Déjalo ir. El tiempo reciclará sus errores y lo hará un objeto nuevo y mejor. Aún que para entonces sea a ti al que te duela. "Bueno, menos mal que los objetos no tienen sentimientos" te consolaba pensar antes de tirarlo a la basura y valorarlo como persona.



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