domingo, 15 de diciembre de 2013

Capitulo 2.1: El jinete de la negra armadura

Las voces enmudecieron de pronto, la multitud calló a la vez de que una musiquita ridícula comenzó a sonar procedente de mi bolsillo. Recordé esa melodía que tantas mañanas acostumbraba a levantarme y hallé una escasa esperanza.  Abrí los ojos temerosa, esperando encontrarme en mi habitación, pero hay seguía delante de la muchedumbre atónita por el sonido que emitía la faltriquera que llevaba mi pantalón.
Recordé inmediatamente el móvil, que mostré a todo el mundo para que fuese escuchado con mayor vigor.
Nunca olvidaré la expresión de espanto  que se dibujada en los rostros de aquellos campesinos acostumbrados al leve tañer de los instrumentos de la época, pero sus semblantes se turbaron aún más temerosos cuando vieron aparecer una montura y un caballero totalmente negros que se abalanzaron contra los guardias y se defendieron con torpes movimientos de los golpes de su atacante.
Cuando pude darme cuenta una mano firme me cogió por el brazo y tiró de mí hacia el caballo, me ayudó a montarlo con torpeza, dio unas fuertes estocadas más, para apartar a los hombres que me habían tenido retenida y subió con presteza en el animal a la vez que emprendía el galope y nos alejamos de aquella escena dejando atrás las voces del gentío que aún me llamaban bruja.
El contacto con la armadura me apaciguaba pero solo de pensar que aquel extraño hombre cruzaba mi espalda con su mirada me hacía estremecer, ¿qué intención tenía?  ¿A dónde me llevaba? ¿Quién era? ¿Por qué me había salvado?

Por fin oí su voz transformada en una orden para que su corcel parara, era mucho mas dulce de lo que me esperaba, se dio cuenta de mi sorpresa, carraspeo e intento hacerla más ronca, con lo que no pude reprimir una carcajada, a la que él respondió desmontando del caballo y ofreciéndome amablemente una mano para bajar.

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